domingo, 6 de enero de 2008

Transnacionalizaciòn y hemonìa del capital financiero

SEGUNDA PARTE: TRANSNACIONALIZACIÓN Y HEGEMONÍA DEL CAPITAL FINANCIERO

§ Dos fenómenos caracterizan la mundialización financiera, modo hegemónico de desenvolvimiento del capitalismo contemporáneo: la desregulación del dólar y la separación entre flujos financieros y economía real.
§ La desregulación del dólar de oficializó a inicio de los 70 y significó la privatización de la moneda internacional, es decir, la apropiación privada de los flujos financieros internacionales. El giro en el sistema financiero internacional (1971) con la desregulación del dólar, no sólo marca el inicio de la hegemonía del capital financiero, sino ante todo, un cambio en las formas jurídicas de la acumulación y la circulación del capital a favor de los grupos privados transnacionales. Los grupos financieros son organizaciones capitalistas a gran escala, que combinan el negocio empresarial con el comercial y el crediticio. En su organización interna se dividen entre una sociedad matriz que controla los movimientos financieros de las sociedades filiales o “ejecutoras”, en función de la rentabilidad total del capital.
§ La desregulación del dólar opera como sinónimo de la pérdida de los Estados nacionales del monopolio de la administración de las divisas como inicio de la privatización de los activos financieros estatales. Esto significa la liquidación paulatina del llamado “capital social”, capital resultado de intermediación financiera del Estado, tanto en los mercados internos, como en el comercio exterior. Esta forma de capital “desmercantilizado” le permitía antes al Estado ser agente económico directo, garantizar la intervención económica y durante el Estado de bienestar, asumir parte del llamado “salario indirecto”, los costos laborales como la seguridad social, salud, educación que se pagaban en los presupuestos públicos.
§ La privatización de las divisas también comportó la liquidación gradual del capital social-estatal. El keynesianismo fue derrotado porque la mundialización financiera erosionó la base económica sobre la cual se sustentaba.
§ Este fenómeno condujo a la liberalización financiera, a la comercialización de los bienes públicos, a la mercantilización de los mismos, a la expansión ilimitada de la ley del valor, la cual, tal y como lo demostró Carlitos Marx, es la que explica “en última instancia” el movimiento de la sociedad capitalista.
§ La liberalización financiera fue una determinación política tomada por los gobiernos de Tatcher y Reagan en el inicio de los 80.
§ Las diferencias importantes entre el liberalismo económico de corte clásico (Smith y Ricardo) y el actual neoliberalismo pregonado por los tecnócratas del capital, se encontraría en el desconocimiento de los clásicos de la economía de las posibilidades de comercialización de los bienes públicos. Esto se observa en la concesión de carreteras, privatización de las empresas de servicios públicos locales y la creación de un “mercado social” para la salud y la educación.
§ La fórmula neoliberal también considera que todo lo público, el aire, los ríos, los océanos, pueden someterse a las reglas de la propiedad privada (en Chile este fenómeno es una realidad hace tiempo).
§ La mundialización financiera consiguió trasladar una parte importante del pago de salarios (capital variable) a la esfera de la ganancia-crédito. Este es el caso del salario diferido, es decir, el salario que no se le reconoce al trabajador de manera inmediata, sino que se difiere hasta que cumpla con requisitos de edad o tiempo de servicio. La mundialización financiera convirtió el salario diferido en flujo financiero (AFPs en Chile), y hoy, los fondos de pensiones norteamericanos y europeos son decisivos en la inversión financiera transnacional.
§ En los 70, el capitalismo mundial decide reducir el capital variable en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se evidencia una caída en el promedio internacional de las tasas de ganancia. Ello se ha confirmado como una tendencia para el período. La imposición de esta forma de acumulación se resolvió en la arena de la lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva de los trabajadores y el desmonte del llamado Estado de bienestar, y producto de una derrota parcial de los trabajadores y las poblaciones a escala internacional durante ese período.
§ El neoliberalismo requiere abaratar el trabajo. La crisis del fordismo, presionó a los capitalistas a depreciar el trabajo, a “flexibilizarlo”. El neoliberalismo no es sólo un nuevo modelo de acumulación, sino también una redefinición de las reglas del juego entre capital y trabajo, a favor del primero. El posfordismo es, ante todo, precarización del trabajo, inestabilidad laboral, abre la posibilidad de desalojar trabajadores de manera permanente (características de la tercerización del trabajo en Chile).
§ El neoliberalismo combina plusvalía absoluta con plusvalía relativa; es una forma de acumulación que utiliza al máximo las ventajas tecnológicas de la computación y la informática, combinándolas con la extensión de la jornada laboral, con el trabajo migrante en el universo desarrollado del capital, con el abaratamiento del salario femenino, el trabajo infantil.
§ Nuevamente se confirma una de las contradicciones centrales del funcionamiento del capital analizadas por Carlitos: aquella que se expresa entre la renovación técnica incesante de los procesos industriales, obligada por la competencia intercapitalista, y la necesidad de obtener ganancias extraordinarias, y la baja tendencial de la ganancia que esta tecnificación produce al desplazar trabajo vivo por trabajo muerto. Esta contradicción manifiesta también los límites históricos del capitalismo, de una sociedad que preserva la apropiación individual de la riqueza, a pesar de que colectiviza y desarrolla al máximo las fuerzas productivas. La desindustrialización y el desempleo en el Tercer Mundo y en vastas capas del planeta no evidencia una crisis del trabajo o de la clase obrera; por el contrario, confirma las limitaciones históricas del funcionamiento de la ley valor.
§ Lo que aparece como separación entre lo financiero y lo industrial no es otra cosa que el desplazamiento de la inversión industrial hacia la inversión financiera. La hegemonía del capital financiero fue uno de los resultados de la crisis del fordismo. La desregulación del dólar optimizó la ganancia financiera y obligó a los propios consorcios industriales a crear bancos e instituciones crediticias.
§ Aceptar que la actual hegemonía del capital financiero es la consecuencia inevitable de las contradicciones históricas de la acumulación capitalista, obliga a centrar los empeños en la construcción de una política independiente de los trabajadores.
§ La financiarización exige un monto mayor de plusvalía absoluta al exigido por la baja en la tasa de ganancia industrial, agravando las difíciles condiciones laborales y salariales de los trabajadores. Hoy, los países que logran mayores incrementos en el PIB son aquellos donde el trabajo es más precarizado, incluso en el Primer Mundo. El incremento del PIB en USA durante la última década del siglo XX se explica en gran medida por el abaratamiento del trabajo; con lo que hoy se pagan 4 trabajadores norteamericanos, en los 80 se pagaba a un trabajador.
§ El posfordismo recupera para el capital el mando, cuestionado en su momento por la negociación colectiva, en la toma de decisiones y en la totalidad espacial de las empresas. La lucha de clases explica el cambio en los métodos de trabajo. El neoliberalismo expresa en el plano internacional una correlación de fuerzas a favor del capital.
§ La mundialización capitalista es desigual; homogeiniza la circulación financiera, pero aumenta las desigualdades productivas entre los países. En la fase imperialista inicial, la exportación de capitales focalizó la inversión en la rama de las materias primas; las crisis del 30 permitió la industrialización parcial del Tercer Mundo.
§ En la actualidad, la división internacional del trabajo viene cambiando. El neoliberalismo intentó, con la reestructuración empresarial posfordista, no sólo recuperar la tasa de ganancia, sino igualmente, salir de una reseción internacional oficializada desde 1973, sin que hasta ahora, haya logrado ese cometido. El promedio de crecimiento del PIB mundial en los 90 fue de 3 % mientras que en los “años gloriosos” del boom de la posguerra este mismo promedio llegó a estar en el 10 %. La financiarización permitió canalizar el “capital ocioso” que dejó la reducción de la inversión productiva, pero, dada las transformaciones en el sistema financiero internacional, terminó imponiendo condiciones al conjunto de la acumulación capitalista, limitando, aún más, las posibilidades de recuperación del ciclo económico declinante. Desempleo generalizado y reducción de la inversión empresarial, son resultado de una “crisis de sobreproducción” internacional. La crisis bloqueó el comercio internacional a los países del Tercer Mundo en los inicios de la década de los 70, dando inicio al período de endeudamiento externo, particularmente en las ramas de la producción que habían realizado una reestructuración tecnológica para incrementar exportaciones, colocando en una encrucijada al modelo de sustitución de importaciones. La participación de las regiones subdesarrolladas en el comercio mundial caen por efecto de las desigualdades en la productividad media. Esta es la base del intercambio desigual.
§ La transferencia masiva de capitales del sur hacia el norte a título de pago de la deuda externa erosionó la base productiva resultado de la industrialización parcial conseguida con la “sustitución de importaciones”, especialmente en América Latina.
§ Las reformas estructurales exigidas por las políticas de ajuste del FMI estabilizaron a inicios de los 90, un modelo económico que favoreció el ingreso de capitales especulativos, permitiéndoles una rentabilidad elevada al garantizarles altas tasas de interés con inflaciones bajas. Así, los países atrasados pasaron a convertirse en “mercados emergentes”. La mundialización financiera desigual terminó por imponer un modelo de exacción de riqueza por vía del pago de préstamos usureros.
§ El capital financiero obtiene una transferencia de valor mediante el endeudamiento generalizado de los Estados mediante imposiciones políticas, por la vía de los presupuestos públicos, del incremento de las tarifas de los servicios públicos domiciliarios, de la reducción de la calidad de vida general de las poblaciones.
§ América Latina sólo representa el 20 % del comercio mundial. Y eso se manifiesta en la inevitable dependencia de los capitales financieros. Asimismo, se manifiesta una dependencia política. Los desmontes arancelarios obligaron, en el sur, al consumo de los excedentes productivos del norte, mientras tanto, ese mismo norte continúa subsidiando la producción agrícola. Esta apertura impacta en América Latina, aumentando la desindustrialización y la crisis agrícola en las regiones subdesarrolladas. A cambio, el norte deja sus maquilas. La reorganización espacial de la producción, la disminución del tamaño de las empresas transnacionales, como resultado de la separación entre el proceso de ensamblaje y el proceso de piezas, viene transformando la geografía industrial. Hoy el capital tiene la capacidad, a escala planetaria, de fragmentar la producción sacando al exterior de la fábrica convencional la producción de piezas hacia las regiones donde el costo del trabajo es menor. Las maquilas hacen parte de la transición hacia una nueva división internacional del trabajo, que empeorará aún más la calidad de vida de las poblaciones del Tercer Mundo.
§ Los Tratados de Libre Comercio promovidos por los imperialismos proponen la “reprimarización” de la economía latinoamericana, ofertan negociar las “ventajas comparativas” de nuestros países en recursos naturales y biodiversidad, sobre la base de que, como no tenemos la capacidad técnica-investigativa para explotarlos, debemos venderlos baratos.
§ La desindustrialización termina reflejándose en las balanzas cambiarias y aparece como déficit comercial. La manifestación local de la separación entre finanzas y producción termina en “burbujas especulativas”, burbujas que se desinflan cuando el achatamiento de la demanda interna es de tal magnitud que interrumpe la línea de continuidad de transferencias de valor: entonces los “capitales golondrina” salen, buscando refugio más seguro. Ello obliga a devaluaciones masivas que aumentan las deudas.
§ De acuerdo a los autores consultados, hoy se asiste en el plano internacional al inicio de una crisis de las magnitudes de los años 30; incluso con la misma secuencia. Aquella empezó igualmente como una crisis financiera, como una crisis en el mercado de capitales. Esta es la forma como el mercado elimina la separación entre capital ficticio y capital productivo. En el universo de la mundialización financiera desigual, los capitales especulativos salen de los “mercados emergentes”, van a USA, a Europa, abaratando allá el costo del dinero y propiciando el círculo virtuoso durante dos o tres años, aumentando la oferta de productos en el momento en que se evidencia una contracción de la demanda en los mercados internos y en el comercio internacional. Hasta que se generalice la crisis internacional.
§ Naturalmente, por sí solo el capitalismo no se va a derrumbar. Las alternativas de solución a esta crisis van a depender de la correlación de fuerzas entre las clases. Según Lenin, “no hay capacidad de respuesta anticapitalista automática de los trabajadores ante la degradación de la calidad de vida; no hay formas de respuesta automática en la conciencia de los trabajadores ante la degradación de sus condiciones de vida. Vendrán luchas sociales reivindicativas y, ante todo, una disputa de la conciencia de los asalariados”, por la posibilidad de construir proyectos políticos alternativos y anticapitalistas que permitan derroteros claros a los trabajadores en el período de recesión generalizada que se acerca.
§ A diferencia de la crisis de los 30, hoy existe menos racionalidad de conjunto para las clases dominantes en época de crisis; el desplazamiento en la toma de decisiones de los Estados nacionales hacia los centros financieros internacionales ha colocado el interés del lucro privado inmediato por encima de los intereses de la dominación política tradicional (institucionalizada).
§ Esto, en un contexto donde 300 multinacionales controlan el 30 % aproximado del PIB mundial y continúan concentrando riqueza.
§ Las reivindicaciones inmediatas, las nacionales y las anticapitalistas solamente se pueden resolver cambiando las condiciones que los grupos financieros han impuesto en el espacio económico internacional. Tal como ayer, las luchas de los trabajadores son nacionales en su forma pero internacionales en su contenido. Y con un elemento adicional; el Estado-nación ahora es súbdito del capital transnacional.

Autores consultados: Francois Chesnais (La mundialización financiera, 1996), James Buchanan, Vladimir Lenin,Daniel Libreros (Globalización financiera y reformas fiscales, 1997), Ernest Mandel (La crisis y el capitalismo tardío, 1977), Jonh Holloway y Carlitos Marx.

AFC
Enero 2008

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